viernes, 30 de diciembre de 2011

Clavos que dejan huella...


Esta es la historia de un niño que tenía muy mal carácter. Su padre le dio una bolsa de clavos y le dijo que cada vez que perdiera la paciencia, debería clavar un clavo detrás de la puerta.
El primer día, el muchacho clavó 37 clavos detrás de la puerta. Las semanas que siguieron, a medida que él aprendía a controlar su genio,clavaba cada vez menos clavos detrás de la puerta.
Un día descubrió que era más fácil controlar su genio que clavar clavos detrás de la puerta.
 Llegó el día en que pudo controlar su carácter durante todo el día. Después de informar a su padre, este le sugirió que retirara un clavo cada día que lograra controlar su carácter.
Los días pasaron y el joven pudo anunciar a su padre que no quedaban más clavos para retirar de la puerta...Su padre lo tomó de la mano y lo llevó hasta la puerta. Le dijo:
"Has trabajado duro, hijo mío, pero mira todos esos hoyos en la puerta.. Nunca más será la misma. Cada vez que tú pierdes la paciencia, dejas cicatrices exactamente como las que aquí ves.Tú puedes insultar a alguien y retirar lo dicho, pero del modo como se lo digas lo devastara, y la cicatriz perdurará para siempre. Una ofensa verbal es tan dañina como una ofensa física.

jueves, 29 de diciembre de 2011

"La Montaña de las Dificultades..."

En la selva vivían tres leones. Un día el mono, el representante electo por los animales, convocó a una reunión para pedirles una
toma de decisión:
-Todos nosotros sabemos que el león es el rey de los animales, pero había una gran duda en la selva: existen tres leones y los tres
son muy fuertes. ¿A cuál de ellos debemos rendir obediencia? ¿Cuál de ellos
deberá ser nuestro Rey?

Los leones supieron de la reunión y comentaron
entre si:
-Es verdad, la preocupación de los animales tiene mucho sentido. Una
selva no puede tener tres reyes.

-Luchar entre nosotros no queremos ya que
somos muy amigos...
-Necesitamos saber cual será el elegido, pero ¿Cómo
descubrirlo?.

Otra vez los animales se reunieron y después de mucho
deliberar, le comunicaron a los tres leones la decisión
tomada:

-Encontramos una solución muy simple para el problema, y decidimos
que ustedes tres van a escalar la Montaña Difícil. El que llegue primero a la
cima será consagrado nuestro Rey.

La Montaña Difícil era la más alta de toda la selva. El desafío fue aceptado y todos los animales se reunieron para asistir a la gran escalada.

El primer león intentó escalar y no pudo llegar.

El segundo empezó con todas las ganas, pero, también fue derrotado.

El tercer león tampoco lo pudo conseguir y bajó derrotado.

Los animales estaban impacientes y curiosos; si los tres
fueron derrotados, ¿Cómo elegirían un rey?

En este momento, un águila, grande en edad y en sabiduría, pidió la palabra:
-¡Yo sé quien debe ser el rey!

Todos los animales hicieron silencio y la miraron con gran expectativa.

-¿Cómo?-Preguntaron todos.
-Es simple...-dijo el águila-Yo estaba volando bien cerca de ellos y cuando volvían derrotados en su escalada por la Montaña Difícil escuché lo que cada uno dijo a la Montaña.

El primer león dijo: -
¡Montaña, me has vencido!

El segundo león dijo:
-¡Montaña, me has vencido!

El tercer león dijo:
- ¡Montaña, me has vencido, por ahora! Pero ya llegaste a tu tamaño final y yo todavía estoy
creciendo.

La diferencia, completó el águila, es que el tercer león tuvo una actitud de vencedor cuando sintió la derrota en aquel momento, pero no desistió y quien piensa así, su persona es más grande que su problema: él es el rey de sí mismo, y está preparado para ser rey de los demás.

Los animales aplaudieron entusiasmadamente al tercer león que fue coronado. El Rey de los Animales.

Moraleja: No tiene mucha importancia el tamaño de las
dificultades o situaciones que tengas. Tus problemas, por lo menos la mayor
parte de las veces, ya llegaron al nivel máximo, pero no tú. Tú todavía estás
creciendo y eres más grande que todos tus problemas juntos.

Todavía no llegaste al límite de tu potencial y de tu excelencia.

La Montaña de las Dificultades tiene un tamaño fijo, limitado. ¡¡Tú todavía estás creciendo!!





miércoles, 28 de diciembre de 2011

“El contrabandista"

Cuenta la historia que ya todos sabían que él era un contrabandista. Era incluso famoso por ello. Pero nadie nunca había logrado descubrirlo y mucho menos demostrarlo. Con frecuencia, cruzaba de la India a Pakistán a lomos de su burro, y los guar­dias, aún sospechando que contrabandeaba, no lograban obtener ninguna prueba de ello.
Pasaron los años y el contrabandista, ya mayor de edad, se retiró a vivir tranquilamente a un pue­blo de la India.
Un día, uno de los guardias se acerco hasta su casa y le dijo:
—Yo he dejado de ser guardia y tú de ser con­trabandista. Quiero pedirte un favor. Dime ahora qué contrabandeadas.
Y el hombre contestó:
—Burros...



martes, 27 de diciembre de 2011

Cuestión de ricos y pobres...



Un día como cualquiera, un padre de una familia adinerada llevó a su hijo a un viaje por el campo con el firme propósito que su hijo viera cuan pobre era la gente que vive en el campo.Estuvieron pasando todo el día y la noche en una granja de una familia campesina muy humilde.Al concluir el viaje, ya de regreso a casa, el padre le pregun­ta a su hijo:Padre: ¿Qué te pareció el viaje?Hijo: Muy bonito, papaPadre: ¿Viste lo pobre que puede ser la gente?Hijo: SiPadre: ¿Y qué aprendiste?Hijo: Vi que nosotros tenemos un perro en casa, ellos tienen cinco. Nosotros tenemos una piscina larga hasta a la mi­tad del jardín, ellos tienen un arroyo que no tiene fin. Nosotros tenemos lámparas importadas en el patio, ellos tienen las estrellas. Nuestro patio llega hasta la muralla de la casa, el de ellos tiene todo un horizonte. Ellos tienen tiempo para conversar y convivir en familia, tú y mi mamá tienen que trabajar todo el día y casi nunca los veo.Al terminar el relato, el padre se quedó mudo, y su hijo agregó:¡¡¡Gracias papá, por enseñarme lo ricos que podemos lle­gar a ser!!!




domingo, 25 de diciembre de 2011

La Hilandera...

Érase una vez un molinero muy pobre que no tenía en el mundo más que a su hija. Ella era una muchacha muy hermosa.
Cierto día, el rey mandó llamar al molinero, pues hacía mucho tiempo no le pagaba impuestos. El pobre hombre no tenía dinero, así es que se le ocurrió decirle al rey:

-Tengo una hija que puede hacer hilos de oro con la paja.

-¡Tráela! -ordenó el rey.

Esa noche, el rey llevó a la hija del molinero a una habitación llena de paja y le dijo:

-Cuando amanezca, debes haber terminado de fabricar hilos de oro con toda esta paja. De lo contrario, castigaré a tu padre y también a tí. La pobre muchacha ni sabía hilar, ni tenía la menor idea de cómo hacer hilos de oro con la paja. Sin embargo, se sentó frente a la rueca a intentarlo. Como su esfuerzo fue en vano, desconsolada, se echó a llorar.

De repente, la puerta se abrió y entró un hombrecillo extraño.

-Buenas noches, dulce niña. ¿Por qué lloras?

-Tengo que fabricar hilos de oro con esta paja -dijo sollozando-, y no sé cómo hacerlo.

-¿Qué me das a cambio si la hilo yo? -preguntó el hombrecillo.

-Podría darte mi collar -dijo la muchacha.

-Bueno, creo que eso bastará -dijo el hombrecillo, y se sentó frente a la rueca.

Al otro día, toda la paja se había transformado en hilos de oro. Cuando el rey vio la habitación llena de oro, se dejó llevar por la codicia y quiso tener todavía más. Entonces condujo a la muchacha a una habitación aún más grande, llena de paja, y le ordenó convertirla en hilos de oro. La muchacha estaba desconsolada.

“¿Qué voy a hacer ahora?” se dijo.

Esa noche, el hombrecillo volvió a encontrar a la joven hecha un mar de lágrimas. Esta vez, aceptó su anillo de oro a cambio de hilar toda la paja.Al ver tal cantidad de oro, la avaricia del rey se desbordó. Encerró a la muchacha en una torre llena de paja.

-Si mañana por la mañana ya has convertido toda esta paja en hilos de oro, me casaré contigo y serás la reina.

El hombrecillo regresó por la noche, pero la pobre muchacha ya no tenía nada más para darle.

-Cuando te cases -propuso el hombrecillo- tendrás que darme tu primer hijo.

Como la muchacha no encontró una solución mejor, tuvo que aceptar el trato.

Al día siguiente, el rey vio con gran satisfacción que la torre estaba llena de hilos de oro. Tal como lo había prometido, se casó con la hija del molinero.

Un año después de la boda, la nueva reina tuvo una hija.

La reina había olvidado por completo el trato que había hecho con el hombrecillo, hasta que un día apareció.

-Debes darme lo que me prometiste -dijo el hombrecillo.

La reina le ofreció toda clase de tesoros para poder quedarse con su hija, pero el hombrecillo no los aceptó.

-Un ser vivo es más precioso que todas las riquezas del mundo -dijo.

Desesperada al escuchar estas palabras, la reina rompió a llorar. Entonces el hombrecillo dijo:

-Te doy tres días para adivinar mi nombre. Si no lo logras, me quedo con la niña.

La reina pasó la noche en vela haciendo una lista de todos los nombres que había escuchado en su vida. Al día siguiente, la reina le leyó la lista al hombrecillo, pero la respuesta de éste a cada uno de ellos fue siempre igual:

-No, así no me llamo yo.

La reina resolvió entonces mandar a sus emisarios por toda la ciudad a buscar todo tipo de nombres.

Los emisarios regresaron con unos nombres muy extraños como Piedrablanda y Aguadura, pero ninguno sirvió. El hombrecillo repetía siempre:

-No, así no me llamo yo.

Al tercer día, la desesperada reina envió a sus emisarios a los rincones más alejados del reino.
Ya entrada la noche, el último emisario en llegar relató una historia muy particular.

-Iba caminando por el bosque cuando de repente vi a un hombrecillo extraño bailando en torno a una hoguera. Al tiempo que bailaba iba cantando: “¡La reina perderá, pues mi nombre nunca sabrá. Soy el gran Rumpelstiltskin!”

Esa misma noche, la reina le preguntó al hombrecillo:

-¿Te llamas Alfalfa?

-No, así no me llamo yo.

-¿Te llamas Zebulón?

-No, así no me llamo yo.

-¿Será posible, entonces, que te llames Rumpelstilstkin? -preguntó por fin la reina.

Al escuchar esto, el hombrecillo sintió tanta rabia que la cara se le puso azul y después marrón. Luego pateó tan fuerte el suelo que le abrió un gran hueco.

Rumpelstiltskin desapareció por el hueco que abrió en el suelo y nadie lo volvió a ver jamás. La reina, por su parte, vivió feliz para siempre con el rey y su preciosa hijita.

Moraleja: "Nunca des nada por sentado...", "Unas veces se gana y otras veces se pierde..."

lunes, 5 de diciembre de 2011

Sucesos del día a día...

Sábado 26 de Noviembre de 2011, celebración del Día del Niño en el I.E.S José Anchieta, en San Cristóbal de La Laguna, con las familias del municipio.
Mi destino: Recepción en la entrada, donde se reparte la programación del día junto con una cartulina en la que los participantes tendrán que plasmar su nombre.
Después de tanta gente que entra y sale, llega una familia, compuesta por dos menores, un señor y una señora.
Con una sonrisa en la cara, junto con mi compañera, son recibidos a la vez que les reparto el programa a los dos adultos:
Técnico/Yazmi: Aquí tienen el programa que les indicará lo que se hará durante el día. ¡Pásenselo bien!
Señora: Muchas gracias.
Señor: Y si no sé leer, ¿qué?
Técnico/Yazmi: Mmmm...¡Muy buena pregunta! Pues si no tiene quién se lo lea...¡Yo se lo cuento!
Señor: No pasa nada...
Aproximadamente unas dos horas después...
Señor: ¡Ya me lo leí!
Técnico/Yazmi: ¿Vé usted cómo sí que sabía?
Señor: ¡Sí! Jaja...