jueves, 30 de mayo de 2013

¿Quieres 50€ ?


Pablo, con el rostro abatido de pensar, se reúne con su amiga Laura en un bar a tomar un café. Deprimido, descargó en ella sus angustias... que el trabajo, que el dinero, que la relación con su pareja, que su vocación!... Todo parecía estar mal en su vida.
Laura introdujo la mano en su bolso, sacó un billete de 50 euros y le dijo:

-¿Quieres este billete?

Pablo, un poco confundido al principio, le contestó:

-Claro, Laura... son 50 euros, ¿quién no los querría?

Entonces Laura tomó el billete en uno de sus puños y lo arrugó hasta hacerlo una pequeña bola. Mostrando la estrujada pelotita a Pablo, volvió a preguntarle:

-Y ahora, ¿lo quieres también?

-Laura, no sé qué pretendes con esto, pero siguen siendo 50 euros. Claro que lo cogeré si me lo das.

Laura desdobló el arrugado billete, lo tiró al suelo y lo restregó con el pie, levantándolo luego sucio y marcado. 

-¿Lo sigues queriendo?

-Mira, Laura, sigo sin entender a donde vas, pero es un billete de 50 euros, y mientras no lo rompas, conserva su valor...

-Pablo, debes saber que aunque a veces algo no salga como quieres, aunque la vida te arrugue o pisotee, sigues siendo tan valioso como siempre lo has sido. Lo que debes preguntarte es cuánto vales en realidad y no lo golpeado que puedas estar en un momento determinado.

Pablo se quedó mirando a Laura sin atinar con palabra alguna, mientras el impacto del mensaje penetraba profundamente en su cerebro.
Laura puso el arrugado billete a su lado en la mesa y con una sonrisa cómplice agregó:

-Toma, guárdalo, para que te acuerdes de esto cuando te sientas mal... pero me debes un billete nuevo de 50 euros para poderlo usar con el próximo amigo que lo necesite.



Le dio un beso en la mejilla y se alejó hacia la puerta.
Pablo volvió a mirar el billete, sonrió, lo guardó y con una renovada energía llamó al camarero para pagar la cuenta...

¿Cuántas veces dudamos de nuestro propio valor, de que realmente merecemos más y que podemos conseguirlo 
si nos lo proponemos?. Claro que no basta con el mero propósito... Se requiere acción y existen muchos caminos...

miércoles, 29 de mayo de 2013

Es la sensación de contacto...


En cualquier ciudad por donde camines, ¿comprendes? Pasas muy cerca de la gente y ésta tropieza contigo. Nadie te toca. Estamos siempre tras este metal y cristal, y añoramos tanto ese contacto, que chocamos contra otros sólo para poder sentir algo...Buscamos una respuesta...
-¿Hasta dónde llegan las balas?
-¿Lo dices por la bala que atravesó tu ventana?
Seguimos adelante...Nos agrupamos...Nos desmoronamos...
-¿Por qué mantienes a todo el mundo a distancia?¿¡Eh!?¿Es que empiezas a sentir algo y te asustas?
Cuando te mueves a la velocidad de la vida...crees que te conoces,y no tienes ni idea...acabas por chocar con los demás...es la sensación de contacto...y añoramos tanto el contacto...que chocamos contra otros para poder sentir algo...
(Película: "Crash")