martes, 23 de septiembre de 2014

Érase una vez...


Un Reino muy muy lejano y muy muy feliz...hasta que un día apareció un Dragón volando, cogió a la bella Princesa y sin que su Escudero pudiera hacer nada para salvarla, se la llevó a su cueva.
Lo primero que pensó el Rey fue ir él mismo detrás de la Princesa, pero se dió cuenta de que si el Dragón se lo comía nadie podría reinar y sería un verdadero desastre.
Entonces buscó a los Soldados de la Guardia Real, pero el Rey se echó atrás porque si el Dragón los vencía, nadie podría proteger el Reino.

-¡El Cocinero Real me ayudará!, se dijo el Rey-No no no, tampoco el podría hacer nada por mí, porque si el dragón se lo come, en el Reino todos morirán de hambre...¿Y los Bufones de la corte?...pero tampoco ellos podrían ayudarme, porque si el Dragón los devoraba nadie volvería a reír nunca en Palacio.

Y cuando más triste estaba el Rey pensando que nadie en todo el reino podría salvar a su hija...se abrió la puerta de palacio y...aparecieron la Princesa y el Dragón de la mano...
Se había hecho muy buenos amigos, y el Rey se dió cuenta de que no hacía fata ningun Héroe para matar al Dragón, porque el Dragón solo buscaba alguien con quien hablar, y desde ese día, el Dragón vivió en Palacio y...Fueron Felices y comieron Perdices...
Y Colorín Colorado...Este Cuento se ha acabado...

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